Introducción

 


Transtornos o enfermedades mentales.

La enfermedad o el trastorno mental es una alteración sostenida de tipo emocional, cognitiva y/o de comportamiento, en que quedan afectados procesos psicológicos básicos como la emoción, la motivación, la cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, la sensación, el aprendizaje, el lenguaje, etc. Estos síntomas dificultan que la persona se adapte al entorno cultural y social en el que vive, lo que puede provocar alguna forma de malestar subjetivo.

Salud mental según la OMS

Existe un debate entre los científicos acerca del concepto de salud mental. Un denominador común es que existen varias dimensiones de bienestar, por ejemplo, emocional, psicológico y social. Según la definición de la OMS, la salud mental es una condición de bienestar psicológico en la cual un individuo puede realizarse, manejar el estrés normal, trabajar productivamente y aportar a la sociedad en la cual vive. Por tanto, la salud mental es más que la ausencia de trastornos mentales, e incluye tanto las vivencias del individuo como las relaciones entre el individuo y su entorno social.


La salud mental y los trastornos mentales pueden coexistir.

Las definiciones de salud mental son vagas, pero la mayoría coinciden en que va más allá de la ausencia de trastornos mentales. La salud mental se describe como una condición en donde varias dimensiones del individuo funcionan bien, sintiendo así el individuo alegría y bienestar consigo mismo, con otros y en su relación con la sociedad. Según ciertos científicos, la salud mental y los trastornos mentales pueden coexistir en un individuo.

La Salud Mental y Los Adolescentes

La adolescencia (10 a 19 años) es una etapa única y formativa. Los múltiples cambios físicos, emocionales y sociales que se dan en este periodo, incluido el abuso o la violencia, pueden hacer que los adolescentes sean vulnerables a problemas de salud mental. Promover el bienestar psicológico de los adolescentes y protegerlos de experiencias adversas y factores de riesgo que puedan afectar a su capacidad para desarrollar todo su potencial es esencial tanto para su bienestar durante la adolescencia como para su salud física y mental en la edad adulta.

Los factores que determinan la salud mental del adolescente en cada momento son múltiples. Cuantos más sean los factores de riesgo a los que están expuestos los adolescentes, mayores serán los efectos que puedan tener para su salud mental. 
Algunos factores que pueden contribuir al estrés durante la adolescencia son el deseo de una mayor autonomía, la presión para amoldarse a los compañeros, la exploración de la identidad sexual y un mayor acceso y uso de la tecnología. La influencia de los medios de comunicación y la imposición de normas de género pueden exacerbar la discrepancia entre la realidad que vive el adolescente y sus percepciones o aspiraciones de cara al futuro. 

Otros determinantes importantes de la salud mental de los adolescentes son la calidad de su vida doméstica y las relaciones con sus compañeros. La violencia (en particular los malos tratos y la intimidación) y los problemas socioeconómicos constituyen riesgos reconocidos para la salud mental. Los niños y los adolescentes son especialmente vulnerables a la violencia sexual, que tiene claros efectos perjudiciales sobre la salud mental.


Según la Organización Mundial de la Salud y otros estudios, los problemas de salud mental de los niños y adolescentes están aumentando durante la pandemia de Covid 19. El aislamiento, la falta de contacto social, la interrupción de las actividades educativas, los cambios de hábitos, los problemas laborales y económicos de las familias, etc. están afectando la salud mental de la población.

Los problemas más frecuentes en los niños y adolescentes son la ansiedad, la depresión, el insomnio, el trastorno de la conducta y el trastorno del déficit de atención e hiperactividad. Se ha demostrado asociación entre distintas conductas de riesgo (sexuales, de alimentación, violencia, acoso escolar, consumo de tabaco, alcohol y drogas) y la depresión y otros estados de salud mental negativos. Además puede ser la causa de suicidio en esta etapa de la vida. Los pensamientos suicidas han aumentado entre un 8% y un 10% durante la pandemia.

La psicóloga y orientadora Natalia Redondo afirma que la adolescencia se trata de un momento en el que el cerebro está en pleno desarrollo y las conexiones entre la parte más emocional y la parte más racional aún están creándose: “Por ello, tienen dificultades para reconocer sus emociones, se sienten inseguros, con problemas de autoestima y este estrés se traduce en sentimientos y sensaciones intensas. Lo que hace difícil su manejo porque no tienen suficientes herramientas”.

El papel de los padres

Los niños deciden cómo se sienten sobre sí mismos en gran parte según cómo reaccionan sus padres ante ellos. Por esta razón, es importante que los padres ayuden a sus hijos a sentirse bien consigo mismos. Puede hacer esto al:
  • Desarrollar su confianza y autoestima. 
  • Elógielos, y sea específico. 
  • Dígales exactamente por qué está impresionado o orgulloso de ellos. 
  • Pase tiempo con ellos y hágales saber cuánto los valora.
  • Apoyarlos emocionalmente. 
  • Anímelos a hablar con usted. 
  • Escuche y ayúdelos a comprender sus sentimientos.
  • Brindarles seguridad y protección. 
  • Deles amor incondicional. 
  • Mantenga las rutinas para que se sientan seguros. 
  • Asegúrese de que sepan que el hogar es un lugar seguro para ellos.
  • Enseñarles resiliencia. 
  • Enséñele a su hijo cómo superar los tiempos difíciles.
  • Ayúdelos a enfrentar el cambio, manejar el estrés y aprender de los contratiempos.
Todos vivimos con concepciones sobre lo que merecemos o no, lo que es o debería ser la vida, los que es saludable, como debería vivirse el amor o la pareja y son estos pensamientos los que determinan nuestro comportamiento.

La falta de conocimiento o conciencia sobre la salud emocional o el estigma que se tiene sobre estos temas, impide a nuestros hijos e incluso a nosotros como padres buscar ayuda para formar jóvenes emocionalmente sanos.

Una de las mejores alternativas para mantener en buen estado la salud emocional de tu hijo es brindarle la oportunidad de desarrollar actividades que lo motiven y lo ayuden lograr una mejor integración con su entorno.

"Señales de alerta” de problemas de salud mental:

  • Dormir excesivamente, mucho más que por el cansancio usual, que puede indicar depresión o abuso de sustancias; dificultad para dormir, insomnio y otros trastornos del sueño.
  • Pérdida de autoestima. 
  • Abandono o pérdida de interés en los pasatiempos favoritos.
  • Bajo e inesperado cambio en el rendimiento académico.
  • Pérdida de peso y apetito, que puede indicar un trastorno alimentario. 
  • Cambios bruscos de personalidad, como agresividad y exceso de enojo que no sean parte del carácter y podrían indicar problemas psicológicos, de fármacos o sexuales.




Actividades de reforzamiento:

        







Mind. (2019, 14 junio). ¿Qué son los trastornos mentales? –. https://mind.se/es/datos/que-son-los-trastornos-mentales/

Salud mental del adolescente. (2021, 17 noviembre). OMS. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/adolescent-mental-health


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